Actualmente la casa ha sido parcialmente derribada, pero a pesar de que ya no existe en su forma original, este lugar dio y da mucho de lo que hablar en la ciudad de Monterrey, Nuevo León (México). Durante décadas ha sido todo un icono de las leyendas urbanas de la zona.
La casa de los tubos era una construcción compleja y extraña, un feo bloque de hormigón con formas tubulares. Se comenzó a construir a principios de la década de los 70 pero nunca se llegó a terminar. Disponía de cuatro niveles, estancias circulares, ventanales inmensos y pasillos cilíndricos. Por un lado se accedía a las plantas por rampas hacia el otro todo eran escaleras. Durante su levantamiento dos obreros fallecieron en extrañas circunstancias.
La leyenda cuenta que un padre la mandó construir con este diseño tan inusual para su hija paralítica y así poder facilitarle la movilidad de su silla de ruedas. Un día quiso llevar a la pequeña a la casa para que viera con sus propios ojos el progreso de las obras, con tan mala suerte que la niña no pudo controlar su silla de ruedas en una de las rampas y se precipitó al vacío por una de las gigantescas ventanas del piso superior. Murió en el acto al impactar contra el suelo. Tras la terrible pérdida de su hija el padre se suicidó y desde entonces las obras se paralizaron. Multitud de personas afirmaron durante años que en la casa y sus alrededores se escuchaban los desgarradores lamentos de una niña.
Tanto el edificio como la parcela quedaron totalmente abandonados y dio cobijo a multitud de bándalos, curiosos, adolescentes que practicaron la ouja, también se dice que un hombre se suicidó en un árbol cercano y se habla de la muerte de un niño, hijo de un matrimonio que había ido a ver la casa (en venta). Tambiém leí algo de la aparición de un anciano jugando con un yo-yó.
Pues la casa mola, y se estaba construyendo con buena intención suponiendo que esa leyenda sea cierta...
ResponderEliminar.Estelle.