lunes, 9 de septiembre de 2019

🏚 Can Busquets (Villa Victoria María) 🏚

 
 
En un frondoso bosque a pocos kilómetros de Vallcanera (Girona) se encuentra una gran casa señorial "Villa Victoria María", cuya edificación más antigua, una pequeña masía que está pegada a la parte más moderna, data del siglo XV y perteneció a un monje de una orden religiosa llamado Miquel Sabater que la adquirió en el 1497. Desde esta referencia nada más se sabe hasta que a finales del XIX a don Rafael Baster y Llagostera, importante contable catalán, se le ofrece gestionar este inmueble. Don Rafael visita este paraje junto a su esposa doña Victoria María de Robert y Suris, hermana del Marqués de Robert (Conde de Torroella de Montgrí, título nobiliario español creado el 2 de julio de 1907 por el rey Alfonso XIII ) Ambos se enamoran de la finca y la hermosa naturaleza que la rodea y aprovechando que habían incrementado considerablemente su poder adquisitivo deciden comprar la antigua masía y al lado contruyen la mansión, se desconoce la fecha exacta pero se sabe que fue a principios del siglo XX. 
 

La mansión se divide en un bajo más dos plantas superiores y buhardilla, posee una estructura basilical, con puerta adintelada de arco de medio punto y una ventana central de estilo gótico, en general la construcción, o más bien lo que queda de ella es de estilo neogótico, con elementos decorativos típicos como las gárgolas. Su interior está ruinoso, sólo quedan los muros exteriores, las fachadas, creo que también tenía como una especie de patio interior. Además poseía una gran finca de alrededor unas 500 hectareas, incluída una pequeña iglesia parroquial construida por el rito templario a mayores de la propia capilla de la casa (que al parecer tenía varias ya que doña Victoria era mujer muy religiosa). Fue un importante complejo destinado a la explotación agrícola, era como un pequeño pueblo que don Rafael dotó de canalizaciones de hierro (un gran adelanto para época), también mandó construir pequeñas viviendas y una escuela en honor a su esposa debido al gran número de trabajadores que tenían allí.  Además en la casa se solían celebrar multitud de actos y bailes benéficos a los que acudían personajes notables de aquel entonces. 
 
 
En el año 1918 fallece doña Victoria María y en 1922 años lo hace su marido, pasando esta propiedad a manos de sus dos hijas quienes se hacen cargo de la explotación hasta que en vista de los problemas políticos de la época y sobre todo cuando estalla la Guerra Civil Española deciden ir vendiendo todos los terrenos con el fin de poder marcharse a las Islas Baleares donde se casaron y pasaron el resto de sus días. 
 
 
En la década de los años 40 la masía cambia de nombre pasándose a llamar "Can Busquets" y a partir de entonces también fue cambiando dueños hasta que en los años 90 queda totalmente abandonada. Las tierras dejaron de ser rentables y los últimos propietarios de este lugar lo descuidaron porque no les compensaba económicamente. 
 
 
Está considerado como uno de los rincones más mágicos y con más misterio de Cataluña aunque hay testimonios que lo niegan. Las leyendas que se cuentan sobre Can Busquets son muy variadas. Entre otras cosas se dice que existe un túnel secreto, subterráneo, que une la casa con la iglesia o que debajo de la masión se esconden los restos de un antiguo cementerio. También se cuenta que en ella murió un hombre cuyo cadáver encontraron en el hueco de la chimenea y que al parecer había acudido al lugar para buscar los restos del susodicho cementerio. Cuenta la leyenda que si en las noches de luna llena te quedas mirando fijamente al interior de esta chimenea, te atrapa, entras como en una especie de trance y apareces en el cementerio oculto bajo los cimientos de la mansión. Lo cierto es que no existe ninguna noticia de ningún periódico que se haga eco de este hecho. 
 

Otra leyendas cuentan que dos familias de guardeses que vivían allí se enfrentaron y se mataron entre ellos, que en el lugar se aparece el fantasma de una niña pequeña o que una joven se ahorcó colgándose de una de las ramas del roble que preside la entrada de la casa. 
 
 
Hay personas que van a realizar rituales, satánicos o de brujería y muchos investigadores paramormales acuden hasta allí porque al parecer se captan bastantes psicofonías, muchos ruidos extraños, voces, llantos de niños, sonidos de caballos, disparos, etc...