A principios del siglo XX dos damas inglesas, Annie Moberly y Eleanor Jourdain, fueron de visita al palacio de Versalles (Francia). Visitaron la edificación y los jardines del siglo XVII y allí vivieron una experiencia fuera de lo normal y difícil de olvidar. Mientras caminaban por los hermosos y floridos jardines del palacio comenzaron a sentirse indispuestas, las dos notaban como una especie de opresión y estando en ese estado enseguida repararon en la peculiar y antigua vestimenta de las personas con las que se cruzaron. Un hombre, muy caballeroso, que vestía una capa y algo parecido a un sombrero de ala ancha, se presentó ante ellas. También advirtieron la presencia de una joven que dibujaba, ataviada con un vestido que bien podía pertenecer al fondo de armario de María Antonieta. Ambas quedaron impresionadas por lo que habían visto, parecía como si hubieran viajado atrás en el tiempo. Muchos de los edificios que vieron ya no existían o habían sido modificados. Personas salían por puertas que hacía años no se abrían.
En el año 1911 se dudó del testimonio de estas mujeres, maestras de profesión. Se dijo de Annie Moberly que a menudo aseguraba tener experiencias paranormales. Tal vez, al ser profesoras y poseer gran conocimiento sobre la historia de Francia aquello les hubiera jugado una mala pasada, mezclando en su mente, inconscientemente, recuerdos de lienzos y libros. Quizás todo había sido producto de su imaginación.
Pero los hechos que vivieron y describieron aquellas damas en realidad sí habían ocurrido. Pues sus testimonios contenían detalles muy precisos respecto a la disposición de los jardines, los ropajes de las personas y los rasgos arquitectónicos del palacio en el siglo XVII.
Tiempo más tarde se descubrió que la experiencia que habían vivido Annie y Eleanor no era única. En 1908 la familia Crooke vio en dos ocasiones a la joven que dibujaba. En 1928 Claire Burroughs y Anna Lambert fueron testigos de cómo un viejo soldado aparecía y desaparecía ante sus ojos. Otro extraño caso data del año 1940, por aquel entonces, Miss Basett, que visitaba el Pequeño Trianón (S/XVIII), entró en trance y comenzó ver personas de otra época que se iban desvaneciendo poco a poco como el humo. Y el 21 de mayo de 1955 un abogado inglés y su mujer observaron como dos hombres corrían alegremente, con los tricornios, botines y polainas características de los trajes del siglo XVIII. Éstos llevaban a una sonriente mujer del brazo, ataviada con un vestido largo, antiguo y escotado.
Cierto o no, hay una leyenda que dice que en el palacio de Versalles se aparecen los fantasmas de María Antonieta y su corte.
Si esta historia es cierta, a mí no me importaría visitar el palacio de Versalles, porque al parecer no hacen daño, sólo se aparecen. Eso mola XD
ResponderEliminar.Estelle.
me encantaría poder ver algo así...una ventana al pasado
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