...Corría el año 1967 cuando el Portaaviones norteamericano James V. Forrestal zarpaba del puerto naval de la ciudad de Norfolk (Virginia) con rumbo directo a Vietnam...
Este impresionante buque fue propuesto construir después de la II Guerra Mundial por el secretario de Defensa del gobierno estadounidense James Vincent Forrestal a quien le debe su nombre.
La linea de vuelo de este descomunal portaaviones, provisto de dos cubiertas anguladas en forma de “V”, incorporaría bombarderos armados con bombas nucleares, algo que levantó ampollas entre la Armada y la Fuerza Aérea Norteamericana, por no consentir ésta última que la marina utilizase un arma defensiva que consideraban como propia.
Para que os hagáis una idea de la obsesión que tienen los yanquis por hacer las cosas descomunales y a lo bestia, se fabricaron cuatro portaaviones de la clase Forrestal (datados los cuatro del año 1954) con un desplazamiento de 72.000 toneladas de peso. 316,7 metros de Eslora. 39,47 metros de Manga. 11,28 metros de calado. Velocidad de 33 nudos. Cubierta de vuelo de 315x76,8 metros. 4 catapultas y capacidad para 90 aviones. Además del blindaje de cubierta de vuelo de 150 mm y una tripulación de 5.462 hombres.
Pero ¿qué es lo que tiene de especial este buque para que yo venga ahora con cuentos de soldaditos? Sí, una leyenda. La Leyenda de un fantasma llamado “George”. Así que sin más tiempo que perder entrando en detalles, me limito y dispongo a contaros la historia.
Corría el año 1967 cuando el Portaaviones norteamericano James V. Forrestal zarpaba del puerto naval de la ciudad de Norfolk (Virginia) con rumbo directo al conflicto bélico de Vietnam.
Después de casi una semana de combate, se declaró un inesperado incendio en la cubierta de aterrizaje cuando la tripulación se preparaba para un ataque masivo contra Vietnam. Aquel voraz incendio provocó uno de los mayores desastres en la historia de la marina de los EE. UU. En el siniestro perecieron 134 miembros de la tripulación y quedaron heridos de gravedad otro tanto. Refiriéndose al fatídico accidente, la revista “LIFE” declaró: “En cuestión de 5 minutos, todos fueron uno”...
20 años después del incendio nació la leyenda. Uno de los muertos el 29 de julio del año 1967 se convirtió en el legendario fantasma del portaaviones James V. Forrestal. Tal vez, ni siquiera sabía que había muerto o tal vez sí y no lo aceptaba, por eso su atormentado espíritu se había quedado atrapado en el buque. El caso es que la tripulación lo bautizó con el nombre de “George” y son innumerables las anécdotas que se cuentan sobre él.
En una navegación un cabo enloqueció al observar una mano chamuscada que se materializaba viéndose con total claridad a través de un mamparo...
Un bombero del portaaviones que estaba trabajando, lanzó sus herramientas sobre la cubierta y cuando se quiso dar cuanta, en cuestión de segundos, comprobó como misteriosamente alguien, que allí no estaba, se las había colocado en orden y alineado perfectamente...
Un hostelero, encargado de la cocina, afirmó que nunca más volvería a bajar al congelador de los helados, porque unas luces parpadeantes y una supuesta mano invisible que se posó sobre su hombro lo habían amedrentado la última vez que había bajado... (Un dato de interés es que muchos de los cadáveres de los tripulantes que murieron en el incendio fueron conservados dentro de las cámaras frigoríficas. Recordad que estaban en Vietnam cuando sucedió todo).
Pero la más impactante es la anécdota de Steven Peretti, un técnico de caldera de tercera clase que tuvo el encuentro más directo con el fantasma de "George", su testimonio data del año 1990. El hombre estaba en la sala de máquinas cuando de pronto escuchó el sonido de un goteo que parecía provenir desde uno de los rincones de la sala. Aquel goteo constante le alertó y no dudó en levantarse de su asiento para acercarse a comprobar de qué se trataba. Lo que pudo observar le dejó totalmente tieso. Steven Peretti vio con sus propios ojos como la manguera contra incendios se elevó sola desde la rejilla goteando agua. Uno de los bomberos de la tripulación que se encontraba en la sala de máquinas en ese momento también fue testigo de tan misterioso suceso. Y no termina ahí la cosa, porque al mismo tiempo que la manguera se elevaba en el aire, un secador eléctrico que se hallaba sobre un lavabo de la sala, se activó solo. Los dos hombres al ver esto rápidamente huyeron del lugar totalmente espantados y horrorizados.
Los escépticos aseguran que todo se debe a meras casualidades, simples accidentes o brotes de histeria colectiva provocados por la sugestión. Sugestión posiblemente influenciada por el trágico pasado del buque.
El portaaviones James V. Forrestal fue dado de baja en el año 1993 y probablemente “George” por fin pudo descansar en paz...
Impactante la historia y la Leyenda.
ResponderEliminarSaludos, Ra.
Si que es impactante sip... Sobre todo porque la desgracia del incendio fue real.
ResponderEliminarUn Saludo y muchas gracias, Carlos.