La palabra trisquel proviene del griego y significa "tres piernas".
El trisquel posiblemente sea el símbolo más antiguo encontrado en el arte megalítico, simboliza el ciclo de la vida y está formado por tres cuerpos que giran alrededor de un mismo eje. Las tres esferas o espirales representan a la tierra, el mar y el cielo.
Vinculado a la magia de los elementos de la naturaleza, el arte y las leyendas celtas, según su filosofía significa la evolución. Es el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. Refleja el principio y el fin de las cosas, la eterna sabiduría y las tres etapas del desarrollo del ser humano: niñez, madurez y vejez.
Para los druidas celtas el trisquel era símbolo de pasado, presente y futuro. Ellos eran los únicos que podían portarlo y lo utilizaban como una especie de talismán sagrado, muy eficaz para aliviar fiebres y curar todo tipo de heridas. Al parecer estos amuletos estaban dotados de un misterioso poder o carga energética, de hecho se lo conoce como “Geometría Sagrada”, y se cree que protegían de los enemigos, tanto los visibles como los invisibles.
Dicen que otorga poderes para estimular la creatividad o conducir hacia la prosperidad y el bienestar. Por lo tanto es un símbolo positivo para todo aquel que lo porte, una especie de canalizador o amplificador de energía.