Las Catacumbas de los monjes Capuchinos de Palermo en Sicilia (Italia) se han convertido en el museo más controvertido, terrorífico y escalofriante de los cuatro continentes. La primera vez que supe de la existencia de tan tétrico lugar, fue gracias a Iker Jiménez y su famoso programa "Cuarto Milenio".
Estas catacumbas datan del 1599, año en el que se produjo el primer enterramiento de un monje que al parecer tenía fama de santo. El motivo era crear un lugar de peregrinación al que las gentes pudieran acudir a rezarle. De esta forma, los monjes capuchinos de Palermo, descubrieron las fantásticas propiedades climáticas que poseían las catacumbas para conservar a los muertos.
Hasta el siglo XVII se siguió con la costumbre del culto de los monjes que poseían en el interior de las catacumbas sepulturas especiales para los Hermanos, no pudiendo ser enterrados allí particulares u otras personas ajenas a la congregación.
Pero las cosas cambiaron a partir de la primera mitad del siglo XVII gracias a un Decreto de la Santa Sede datado del año 1637. A partir de dicha fecha, los monjes pudieron enterrar en sus cementerios a extraños de la Orden, cumpliendo así el deseo de los muchos fieles que deseaban que sus restos reposaran junto a las reliquias de los santos y la Iglesia. Pero la mayoría de los cuerpos pertenecen al siglo XVIII, cuando la peste diezmó a la población de Sicilia y arrasó con familias enteras.
Con el paso del tiempo el dar sepultura a los difuntos en el interior de las catacumbas fue convirtiéndose en Palermo en una especie de moda o tradición local, llegando hasta el punto de que muchas personas, antes de fallecer, dejaban impresos en sus testamentos las instrucciones de cómo debían vestirlos en el día de su muerte e incluso las ropas que deberían de ponerles sus familiares pasada una temporada.
Se llegaron a juntar alrededor de unos 8000 cadáveres que están expuestos en el interior de estas cámaras subterráneas cual obras de arte. Clasificados por orden: hombres, mujeres, niños, vírgenes, monjes y profesionales (jueces, profesores, militares enterrados con sus uniformes de estilo napoleónico)
Algunos cuerpos más corrompidos, que han perdido miembros o se han deformado por el paso del tiempo, y otros, en su mayoría, que todavía conservan la piel, los ojos y las ropas intactas con las que les dieron sepultura en las cuevas.
Pero sin lugar a dudas, de entre todos los muertos que albergan las catacumbas, destaca uno en especial. El cuerpo incorrupto de una niña, Rosalía Lombardo. La pequeña murió de una neumonía en 1920 a la corta edad de dos años, su cuerpo fue ordenado momificar por sus padres.
A pesar de las investigaciones llevadas a cabo, en las que se dice que el compuesto que se le inyectó al cuerpo de la pequeña pudo llevar formalina, sales de zinc, alcohol, ácido salicílico y glicerina, a día de hoy nadie sabe con exactitud la composición que realmente se le inyectó al cadáver de Rosalía., todo un misterio dado a su excelente estado de conservación. De hecho, viendo su foto hasta da la sensación de que simplemente está dormida...
Creo que no hay mejor reflejo de lo que es la muerte, de lo que realmente somos y en lo que nos convertiremos, una puerta subterránea al Más Allá... En la actualidad las catacumbas se pueden visitar.
Creo que no hay mejor reflejo de lo que es la muerte, de lo que realmente somos y en lo que nos convertiremos, una puerta subterránea al Más Allá... En la actualidad las catacumbas se pueden visitar.