jueves, 29 de enero de 2015

✪Bienvenidos al Circo de los Horrores (Freak Show)✪


Los "freak show" (espectáculo de fenómenos) o también conocido como "circo de los horrores" eran ferias ambulantes donde se mostraba a seres humanos con deformidades y raras características físicas, problemas de metabolismo, alteraciones genéticas, capacidades sobrehumanas y todo tipo de rarezas. Los primeros se originaron en Inglaterra en el siglo XVII y solían actuar en las plazas públicas de pueblos y ciudades. 

Fue durante la época victoriana cuando estos circos alcanzaron su máximo esplendor, siendo popularmente reconocidos de la mano del empresario Tom Norman y su famoso hombre elefante Joseph Merrick.


A medida que fue pasado el tiempo se convirtieron en una función complementaria del vodevil (vaudeville) o también llamado teatro de variedades, que apareció en EE.UU. en 1880 y continuó hasta la década de los años 30. 

P. T. Barnum fue el mayor propulsor de este tipo de espectáculo, grotesco y morboso, al otro lado del Atlántico. Se hizo millonario mostrando su colección de esperpentos como el hombre mono, los hermanos siameses o diferentes personas de reducido tamaño. A mediados del siglo XX estas exposiciones de monstruos fueron desapareciendo poco a poco, probablemente por el avance tanto cultural como médico. Robert Ripley, un empresario aficionado a la antropología fue, quizás, el último coleccionista de rarezas biológicas.

A continuación os muestro una serie de fotografías antiguas y reales que seguro os serán familiares gracias a estupendas series de Tv como American Horror Story





























lunes, 26 de enero de 2015

✪ Los Niños Fantasmas de San Antonio ✪


A finales de los años 30 o principios de los 40, se desconoce la fecha exacta, ocurrió un terrible accidente en un paso a nivel sin barreras al sur de San Antonio (Texas, EE.UU.) La fatalidad quiso que un autobús escolar se detuviera en el preciso momento en el que cruzaba las vías del tren. Sin tiempo para escapar, la locomotora de un mercancías arrolló el autobús matando en el acto a todos sus ocupantes, incluido el conductor. Desde entonces se cree que los espíritus de los diez chicos que viajaban en el vagan errantes por este lugar marcado por extraños fenómenos paranormales a los que a día de hoy es difícil dar explicación.

Cuenta la leyenda que los niños vigilan permanentemente el lugar, un viejo paso a nivel actualmente en desuso. Se dice que una fuerza invisible y sobrenatural empuja a todo vehículo que permanece parado cerca de las viejas vías del ferrocarril. En punto muerto, con el motor apagado y sin las lleves en el contacto, los coches cruzan de un lado al otro, a pesar de la ligera pendiente ascendente, tal vez con el mágico propósito de evitar una colisión.

Son muchas las personas que visitan este punto, sobre todo en Halloween, y experimentan con sus propios coches para comprobar la veracidad de los hechos, que en muchas ocasiones se quedan en habladurías o simples leyendas urbanas. Quizás por eso, You Tube está plagado de videos caseros donde se puede comprobar que es cierto, y a la vez inquietante, que los vehículos atraviesan de un extremo al otro el paso a nivel sin que nadie los maneje. Incluso, algunas personas espolvorearon con talco la parte trasera de sus vehículos, obteniendo como resultado pequeñas huellas de manos infantiles perfectamente visibles.


Los investigadores, en la actualidad, todavía no han encontrado fraude alguno y siguen trabajando con el fin de hallar la respuesta a tan insólito misterio.   


jueves, 20 de noviembre de 2014

✪ Resurrection Mary ✪

Una noche del mes de marzo del año 1934 una pareja discutió en mitad de la pista de un salón de baile de Chicago, el Oh Henry Ballroom posteriormente conocido como el Willowbrook Ballroom. La chica, notablemente enojada, decidió volver sola a su casa haciendo autoestop, pero desafortunadamente un automóvil la atropelló mientras caminaba por la carretera con dirección a la Avenida Archer. La joven murió en el acto, mientras que el conductor del automóvil se dio a la fuga y jamás fue encontrado. Al parecer nadie reclamó el cuerpo de la víctima y sus restos mortales fueron enterrados en el Resurrection Cemetery de Justice, Illinois (EE.UU.), bajo una lápida sin nombre junto a la tumba de su madre, María Bregovy, fallecida en 1922.


Se la conoce como “Resurrection Mary” porque cuenta una leyenda que su espíritu vaga por los caminos del cementerio, el salón de baile Willowbrook y las carreteras cercanas, ataviada con el mismo vestido blanco y los bonitos zapatos que lucía el día en que murió. Existen multitud de testimonios que corroboran este hecho sobrenatural, muchos de ellos no son tan antiguos.

En el año 1976 la llamada telefónica de un hombre a la policía alertaba de la presencia de una joven que se había quedado encerrada en el cementerio. Cuando el agente Pat Home acudió al lugar comprobó con su linterna que allí no había nadie y todo parecía en absoluta calma, pero algo llamó poderosamente su atención, dos de los barrotes de la puerta estaban inclinados y separados formando un extraño ángulo. Se realizaron pruebas para averiguar qué podría haber sucedido y se encontraron las huellas de unas manos pequeñas más unas marcas de quemaduras cuya textura se parecía a la de la piel. Expertos metalúrgicos no daban crédito a cómo alguien podía haber sido capaz de doblar el hierro de aquella manera.


Otro caso inquietante fue el de un taxista que vio a la joven caminando sola por la carretera a altas horas de la noche, fue en 1989, el hombre se apiadó de ella y le ofreció llevarla a su casa. Conversaban entretenidamente cuando al pasar por delante del cementerio la chica le rogó que pisara el freno y detuviera el coche, a continuación su figura se desvaneció ante los aterrados ojos del taxista.

Pero al parecer el Resurrection Cemetery, uno de los más grandes de Norteamérica, es un lugar muy concurrido por los espíritus de otras chicas que también fallecieron en la zona y están enterradas allí. A Mary Miskowski, de 18 años, la atropellaron en la Avenida Archer la noche de Halloween de 1930 cuando asistía a la fiesta del salón de baile, disfrazada con el traje de novia de su madre. Anna Norkus, de 13 años, pereció en un fatídico accidente de tráfico ocurrido en las inmediaciones del salón de baile Oh Henry cuando regresaba junto a su familia de celebrar allí su cumpleaños.




martes, 18 de noviembre de 2014

✪ Los fantasmas del palacio de Versalles ✪


A principios del siglo XX dos damas inglesas, Annie Moberly y Eleanor Jourdain, fueron de visita al palacio de Versalles (Francia). Visitaron la edificación y los jardines del siglo XVII y allí vivieron una experiencia fuera de lo normal y difícil de olvidar. Mientras caminaban por los hermosos y floridos jardines del palacio comenzaron a sentirse indispuestas, las dos notaban como una especie de opresión y estando en ese estado enseguida repararon en la peculiar y antigua vestimenta de las personas con las que se cruzaron. Un hombre, muy caballeroso, que vestía una capa y algo parecido a un sombrero de ala ancha, se presentó ante ellas. También advirtieron la presencia de una joven que dibujaba, ataviada con un vestido que bien podía pertenecer al fondo de armario de María Antonieta. Ambas quedaron impresionadas por lo que habían visto, parecía como si hubieran viajado atrás en el tiempo. Muchos de los edificios que vieron ya no existían o habían sido modificados. Personas salían por puertas que hacía años no se abrían.

En el año 1911 se dudó del testimonio de estas mujeres, maestras de profesión. Se dijo de Annie Moberly que a menudo aseguraba tener experiencias paranormales. Tal vez, al ser profesoras y poseer gran conocimiento sobre la historia de Francia aquello les hubiera jugado una mala pasada, mezclando en su mente, inconscientemente, recuerdos de lienzos y libros. Quizás todo había sido producto de su imaginación. 

Pero los hechos que vivieron y describieron aquellas damas en realidad sí habían ocurrido. Pues sus testimonios contenían detalles muy precisos respecto a la disposición de los jardines, los ropajes de las personas y los rasgos arquitectónicos del palacio en el siglo XVII.


Tiempo más tarde se descubrió que la experiencia que habían vivido Annie y Eleanor no era única. En 1908 la familia Crooke vio en dos ocasiones a la joven que dibujaba. En 1928 Claire Burroughs y Anna Lambert fueron testigos de cómo un viejo soldado aparecía y desaparecía ante sus ojos. Otro extraño caso data del año 1940, por aquel entonces, Miss Basett, que visitaba el Pequeño Trianón (S/XVIII), entró en trance y comenzó ver personas de otra época que se iban desvaneciendo poco a poco como el humo.  Y el 21 de mayo de 1955 un abogado inglés y su mujer observaron como  dos hombres  corrían alegremente, con los tricornios, botines y polainas características de los trajes del siglo XVIII. Éstos llevaban a una sonriente mujer del brazo, ataviada con un vestido largo, antiguo y escotado.

Cierto o no, hay una leyenda que dice que en el palacio de Versalles se aparecen los fantasmas de María Antonieta y su corte. 


lunes, 17 de noviembre de 2014

✪ Las criptas abandonadas de Bélgica ✪


En Europa, a finales del siglo XIX, los camposantos comenzaron a quedarse pequeños y fue necesario ampliarlos para poder dar sepultura a todo el mundo. Tomando como ejemplo los cementerios de España y Portugal, se comenzaron a construir hileras de nichos en inmensas criptas subterráneas, laberínticas y de interminables pasillos. Las criptas de Laeken y de Namur, en Bélgica, son un claro ejemplo de ello, famosas por las tenebrosas historias que se cuentan y su peculiar diseño arquitectónico. 

En 1878 el alcalde de la ciudad belga de Laeken, Emile Bockstael, decidió que era necesario remodelar el cementerio local con la construcción de una cripta bajo el mismo. Ésta contaría con tres galerías principales y una docena en cruz.  Años después, entre 1919 y 1928, se ampliaría con cuatro galerías más. En 1933 también se construyó el columbario de lo que hoy en día se conoce como el cementerio militar. Un Columbario es un monumento funerario originario de la antigua Roma que está formado por varios compartimentos o nichos donde se colocan las urnas cinerarias.

El cementerio de Laeken es el último de la Región de tipo «parroquial», que está  construido alrededor de una iglesia según la antigua costumbre cristiana de enterrar a los muertos cerca de los vivos. Otros cementerios de esta clase han sido sustituidos por cementerios municipales ya que en la época de su construcción se ubicaban en zonas alejadas y sin urbanizar. Su estatuaria es obra de los escultores de moda de la época, destaca sobre todo un ejemplar de "El pensador de Rodin" y veladas plañideras de piedra o bronce esculpidas en poses en ocasiones sugestivas inclinándose sobre tumbas coronadas por bustos de personajes notables cuyo fallecimiento se supone que es la causa de tanta desesperación plasmada en ellas. Las plañideras eran mujeres a las que antiguamente se las contrataba para llorar por los difuntos en los entierros. La mayoría de estos monumentos salieron del taller del escultor Ernest Salu (1845-1923). A este cementerio se le conoce como el pequeño "Lachaise" de Bruselas y está considerado como un gran museo de arte funerario al aire libre. La instalación de la familia real belga en Laeken en 1831 y sobre todo la inhumación de la reina Luisa María de Orleans en 1850 aumentaron su atractivo.


Otras ciudades belgas como Namur copiaron el mismo sistema de enterramiento y en 1885 la ciudad recreó en su cementerio una replica exacta, aunque de menor tamaño, de la cripta de Laeken a la que se accede a través de una pequeña capilla situada al final de un camino y en la que una vez dentro hay que bajar una escalera de caracol. Pero los arquitectos que diseñaron estas oscuras criptas no tuvieron en cuenta la climatología o la humedad del subsuelo, así que con el paso del tiempo y las constantes filtraciones de agua fueron degradandolas hasta provocar daños irreparables. Tanto deterioro obligó a que muchas galerías y algunas estancias tuvieran que ser clausuradas, otras incluso corrieron peligro de derrumbe lo que condenó las mismas zonas del cementerio exterior.

El cementerio de Laeken en la actualidad depende de la ciudad de Bruselas y en  2008 se invirtieron 3,7 millones de euros sólo para la rehabilitación de su cripta, respetando la construcción antigua y un poco la decadencia que causó el abandono. Se impermeabilizaron todas las galerías y se construyeron canales de drenaje. Pero la cripta de la ciudad de Namur permanece abandonada desde 1980. Su aspecto es bastante más tenebroso, lúgubre, donde sólo se respira moho y  humedad, donde el musgo cubre viejas lápidas olvidadas de grabados ilegibles y donde las arañas tejen sus telas sobre viejas flores secas y de plástico. Hay lápidas de diferentes épocas, pero las del siglo XIX y principios del XX son las más misteriosas, las que conservan a día de hoy las antiguas fotografías en color sepia de los allí enterrados. Dicen que cuando te adentras en ellas se pierde literalmente la noción del tiempo observando cómo se ha detenido en este lugar de cuyos techos cuelgan estalactitas calcáreas. 
 
Cuando las criptas entraron en desuso algunos de los muertos fueron trasladados por orden de sus familiares a otros cementerios, pero la gran mayoría continuan descansando en paz tanto en Laeken como en Namur. Los primeros enterramientos que se produjeron en ellas fueron a finales del siglo XIX y se hacían en ataúdes de madera barata lo que facilitó que la humedad los corrompiera con el paso del tiempo e hiciera de las criptas lugares insalubres. Los últimos enterramientos en Namur(fue clausurado en el año 1980) se hicieron en ataúdes de zinc… La medida de tomó tarde y la podredumbre transformó lo que antaño habían sido blancas y relucientes lápidas de mármol.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

✪ Memento Mori "Recuerda que morirás" ✪

Memento Mori "Recuerda que morirás"

Esta frase se utiliza para referirse a las representaciones de difuntos tanto en pintura como en fotografía. El objetivo de estas representaciones era capturar la esencia de la muerte, el último halo de vida, la última imagen del recién fallecido antes de darle sepultura. 

Durante la época victoriana, sobre todo a finales del siglo XIX, era tradición fotografiar a los seres queridos después de morir. Esta práctica, que nació casi a la par que la misma fotografía (en París, Francia) no se la consideraba algo de mal gusto y morboso, ello era debido a la ideología social de aquella época. Las enfermedades, la corta esperanza de vida o el alto porcentaje de mortalidad infantil hacía que la gente asumiese antes el triste final que le depararía el destino. 

Hoy en día la muerte se considera un tema casi tabú, algo de lo que no se debe hablar, que da miedo, que parece lejano e incluso que no nos va a pasar jamás; pero en la época victoriana era algo absolutamente normal, el culto a los muertos, la curiosidad por lo desconocido y los misterios que rodean al óbito.  

De ahí el origen de los retratos mortuorios o fotografías post-mortem que, además, tenían un gran valor sentimental para las familias, más que cualquier otra instantánea normal. Hacerlas era caro y solía conllevar un gran sacrificio económico. En la actualidad esta práctica nos parece algo bizarro y macabro, pero lo cierto es que por aquel entonces la moda de fotografiar a los difuntos se fue extendiendo con rapidez por todos los rincones del mundo, y hasta principios del siglo XX se continuó realizando este tipo de recordatorios tétricos e inquietantes.

Personalmente ver estas imágenes no me produce terror alguno, sino más bien tristeza y una especie de extraña melancolía que me recuerda que todos "sin excepción" dormiremos ese sueño eterno algún día. 

























miércoles, 9 de julio de 2014

✪ El Diamante Maldito ✪

El Diamante de Hope es una piedra preciosa de color azul, también conocida como el Diamante Azul, la Joya del Mar o el Diamante de la Esperanza. Su composición contiene trazas de átomos de boro, de ahí su color azulado, y en la actualidad pesa alrededor de 45,5 quilates. 



El diamante es una de las joyas más conocidas y grandes del mundo, envuelto en un halo de misterio que lo convierte en un objeto admirado, deseado y a la vez peligroso, pues su posesión causó numerosas desdichas. Acompañado por un collar de gemas blancas, hoy en día está tasado en 100 millones de dólares.

Cuenta la leyenda que el diamante fue tomado, en un origen, de la frente de una reliquia hindú dedicada a Rama-Sita en la India. El sacerdote que lo robó fue torturado hasta la muerte y en 1642 un mercader llamado Jean Baptiste Tavernier  lo llevó a Europa dónde se lo vendió al rey de Francia Luis XIV. La joya, que en principio pesaba 112,5 quilates, fue tallada por el joyero de la corte, que la rebajó a 67 quilates. 

Luis XIV portaba el diamante en un lazo para el cuello, pero sólo lo usaba durante las ceremonias importantes. El monarca tuvo una muerte lenta y agónica, falleció en Versalles el 1 de septiembre de 1715 a causa de una gangrena senil. La hermosa, delicada y tan deseada joya fue heredada por su biznieto Luis XV que acabó convirtiéndose en un ser despreciable y odiado por sus súbditos. El pueblo le apodó "el rey déspota" y lo cierto es que no tuvo una muerte mucho mejor que la de su bisabuelo, falleció de viruela el 10 de mayo de 1774.

Al morir Luis XV el Diamante azul pasó a manos del siguiente sucesor al trono de Francia, Luis XVI, quien se lo regaló a su esposa, María Antonieta de Austria. La reina agregó el brillante a su colección de joyas y en una ocasión se lo prestó a su más leal amiga, la princesa de Lamballe. Durante la Revolución francesa el diamante fue robado y desapareció. Tras desmoronarse la monarquía, los reyes y la princesa de Lamballe, entre otros, fueron apresados y condenados a morir en la guillotina. Pero a María Luisa Teresa de Saboya, la princesa de Lamballe, no sólo la decapitaron sino que fue linchada y vejada por la muchedumbre que asaltó las prisiones, descuartizaron su cuerpo, peinaron y empolvaron su cabeza para clavarla en la punta de una pica y pasearla ante las ventanas de la celda de su amiga Maria Antonieta.

Cuatro años después del hurto, el ladrón del diamante, un cadete llamado Guillot, lo llevó a la ciudad de El Havre y posteriormente a Londres, con la única intención de venderlo y sacarse una importante suma de dinero. Pero, antes de deshacerse de la piedra maldita y poder cobrar su ansiada recompensa, Guillot fue apresado. La joya volvió a caer en otras manos, esta vez en las de un joyero inglés que lo ofreció a un conocido traficante de diamantes llamado Daniel Eliason.

La emperatriz Catalina II de Rusia, conocida como "Catalina la Grande", fue la siguiente persona que poseyó el brillante. Murió de un ataque fulminante al corazón cuando se disponía a tomar un baño. Y tras haber pasado por la Rusia imperial y la corte británica, pues se sospecha que el rey Jorge IV, quien murió loco y dejando grandes deudas, también lo tuvo entre sus bienes más preciados; en 1824 el diamante pasó a formar parte de la colección de gemas privada de Henry Phillip Hope, quien le dio el nombre a la malhadada piedra.

En el año 1862 Henry Phillip Hope falleció, su esposa Adele heredó las gemas y tras la muerte de ésta la herencia recayó en su hija. Y así el diamante fue pasando de generación en generación hasta llegar al nieto de uno de los sobrinos de Hope, Lord Francis Hope.

Lord Francis Hope, adicto al juego, quedó en bancarrota y vendió el diamante en el año 1902, poco después de sufrir unos disparos accidentales en una pierna, que el médico le tuvo que amputar. Pasó entonces a ser propiedad de Jacques Colot, que acabó sufriendo graves problemas mentales y quitándose la vida.

El príncipe Iván Kanitowski fue el siguiente de la lista, regaló el diamante azulado a una actriz y vedette llamada Mademoiselle Lorens Ladue, su amante. El mismo día que portaba el brillante, unos hombres le dispararon en mitad de una actuación y falleció sobre el escenario. Iván Kanitowski también fue asesinado por los revolucionarios rusos.

La gema cruzó el charco, y se hizo con el diamante de mal agüero un joyero de Nueva York que lo vendió a Salomon Habib, un representante del sultán de Turquía Abdul Hamid II. Abdul le ofreció la joya a su amante para demostrar así el amor que sentía hacia ella y ésta lo aceptó, pero al poco tiempo la joven se suicidó disparándose en la cabeza.

De nuevo, sin dueño, la joya volvió a estar en circulación y fue comprada por un comerciante de diamantes de París llamado CH Rosenau, que a su vez vendió al famoso joyero francés Pierre Cartier, que la intentaría subastar cuanto antes, conocedor de su mala suerte, entre los ricos de la alta sociedad de Washington DC.


En 1912 un magnate estadounidense llamado Edwar Beale McLean pagó 180.000 dólares por el diamante de Hope, atraído por su enorme belleza, no le importó que estuviera maldita. El magnate regaló la joya a su esposa y poco después su madre y dos sirvientas de la casa murieron. También falleció su hijo de 9 años atropellado por un automóvil y una hija mayor por una sobredosis de píldoras para dormir. El matrimonio acabó rompiéndose y él encerrado en un manicomio.


En 1949 el joyero Harry Winston  fue el último comprador del diamante. Se lo compró a los herederos de la familia McLean, quienes también habían sufrido alguna desdicha en sus vidas. En 1958 lo donó a la Smithsonian Institution el Museo Nacional de Historia Natural de Washington donde está expuesto y forma parte de una gran colección de diamantes.