jueves, 12 de diciembre de 2013

✪ Baobhan Sith, la vampiresa de Escocia ✪


Cuenta una leyenda de origen celta que cuando una mujer fallecía durante el parto, si cuadraba con la luna en cuarto menguante, podía regresar a la vida transformada en vampiresa. Se cree que Escocia fue el punto de partida para el vampirismo cientos de años antes que en Europa del Este. 

En la mitología escocesa se las conoce como Baobhan Sith, una especie de peligrosas mujeres vampiro que habitaban en las tierras del norte de Gran Bretaña, salían de su tumba una vez al año y solían vestir de color verde o blanco. 

Las Baobhan-sith siempre atacaban en grupos, acechaban en los bosques y bailaban con sus víctimas hasta agotarlas utilizando su encantador aspecto, una belleza sobrenatural con la que seducían e hipnotizaban a cazadores y a los incautos viajeros de la noche. Al igual que los vampiros tradicionales no toleraban la luz del sol y se alimentaban sólo de sangre humana pero, a diferencia de éstos, ellas nunca usaban sus colmillos, sino que clavaban sus largas uñas afiladas en el cuello de sus presas para extraer la sangre y bebérsela, regresando a sus tumbas antes del amanecer. 

Los lamentos de estas doncellas misteriosas eran suaves, apagados, y se escuchaban en los instantes previos a la muerte de un bebé o niño, también poseían poderes telepáticos siendo capaces de leer los pensamientos. Solían adoptar la forma de un cuervo y sólo se las podía combatir con hierro frío.
<< Cierto día cuatro hombres salieron de viaje para cazar, al caer la noche decidieron descansar en mitad del bosque, encendieron una hoguera, asaron un conejo y después se pusieron a cantar, uno de ellos dijo —Ojalá tuviéramos doncellas para bailar con ellas.—y acto seguido aparecieron como de la nada cuatro hermosas mujeres ataviadas con vestidos de color verde, largos y vaporosos. Tres de ellas se acercaron a bailar con los muchachos y la otra se sentó junto al músico, que empezó a darse de cuenta de que a sus compañeros les pasaba algo extraño. Muy asustado, el cazador soltó su instrumento y corrió hacia los caballos, montó uno y se salvó de aquella extraña mujer que le perseguía, pues el hierro de las herraduras de su caballo le protegió del peligro de las Baobhan-sith. >>