¿Nunca os habéis sentido atraídos e hipnotizados por la tintineante llama de una vela? Cuentan las leyendas que su magia es poderosa y se dice que son grandes fuentes de energía.
Desde tiempos remotos (la descripción más antigua sobre el origen de las velas se recoge en un documento romano datado del siglo I d.C.) las velas se han utilizado para todo tipo de rituales y ceremonias de culto, hechizos o encantamientos. Representa uno de los cuatro elementos de la antigüedad, el FUEGO, conector del Más Allá.
FUEGO: Deseo. Llamas de la Pasión.
AGUA: Emociones. Ahogados por la Emoción.
AIRE: Pensamiento. La brisa fresca de la Razón.
TIERRA: Estabilidad. Sólido como una Piedra.
Las velas nos ayudan a hacer realidad nuestros deseos, iluminar nuestros pensamientos, guiarnos en la oscuridad, alcanzar la paz interior y armonizar el ambiente repeliendo las energías negativas de nuestro alrededor.
Para hacer uso de su magia es muy importante conocer cuáles son las velas indicadas para cada cosa, los momentos idoneos y los lugares adecuados donde ubicarlas. También hay que tener en cuenta la forma, el color y el tamaño. Se deben elegir lisas, lo más alargadas posible, nunca encenderlas con un mechero (siempre con una cerilla de madera) ni apagarlas de un soplido (mejor con los dedos o un apagavelas) y jamás de los jamases reutilizarlas para dos fines diferentes.
A continuación os dejo los significados de cada color
NEGRO: Meditación, trabajo de hechizos, desbaratadores de rituales destinados a eliminar entidades malvadas. Contra las energías negativas.
AZUL: Honor, lealtad, paz, tranquilidad, verdad, sabiduría, protección durante el sueño, proyección astral y para inducir los sueños proféticos.
CAFÉ/MARRÓN: Para localizar objetos perdidos, mejorar los poderes de concentración y telepatía, así como la protección a familiares y animales domésticos.
ORO: Atrae el poder de las influencias cósmicas y se usa para honrar a las deidades solares.
GRIS: Para neutralizar las influencias negativas.
VERDE: Fertilidad, éxito, buena suerte, prosperidad, dinero, rejuvenecimiento y ambición, así como los rituales para luchar en contra de la avaricia y los celos.
NARANJA: Estimulan la energía.
ROSA: Para el amor y los rituales que implican la amistad o la feminidad.
PURPURA: Manifestaciones psíquicas, curaciones y hechizos que implican el poder, el éxito, la independencia y la protección del hogar.
ROJO: Fertilidad, afrodisíacos y pasión sexual, amor, salud, fuerza física, venganza, rabia, poder de voluntad, valor y magnetismo.
PLATA: Para eliminar la negatividad, estimular la estabilidad y atraer las influencias benéficas de la Diosa.
BLANCO: Consagración, meditación, adivinación, exorcismo y curación, clarividencia, verdad, paz, fuerza espiritual y energía lunar.
AMARILLO: Confianza, atracción, encanto y persuasión.
AÑIL: Curación, dormir y armonía interior.
OLIVA: Enfermedad, inseguridad y cobardía.
VERDE: Fertilidad, éxito, buena suerte, prosperidad, dinero, rejuvenecimiento y ambición, así como los rituales para luchar en contra de la avaricia y los celos.
NARANJA: Estimulan la energía.
ROSA: Para el amor y los rituales que implican la amistad o la feminidad.
PURPURA: Manifestaciones psíquicas, curaciones y hechizos que implican el poder, el éxito, la independencia y la protección del hogar.
ROJO: Fertilidad, afrodisíacos y pasión sexual, amor, salud, fuerza física, venganza, rabia, poder de voluntad, valor y magnetismo.
PLATA: Para eliminar la negatividad, estimular la estabilidad y atraer las influencias benéficas de la Diosa.
BLANCO: Consagración, meditación, adivinación, exorcismo y curación, clarividencia, verdad, paz, fuerza espiritual y energía lunar.
AMARILLO: Confianza, atracción, encanto y persuasión.
AÑIL: Curación, dormir y armonía interior.
OLIVA: Enfermedad, inseguridad y cobardía.